miércoles, 5 de octubre de 2011

Sobre "EL RUIDO DE LOS RIOS"

El rumor de las palabras y el rumor de la vida, en la poesía de Andrés Lewin son, si no me equivoco, inseparables. Lejos, muy lejos de una estrategia literaria, sus poemas parecen responder a una necesidad interior, un deseo de participar en las cosas del mundo donde el sentido de belleza también sea una forma, responsable y sensible, de participación en la realidad.

A través de esta mirada, el Sur (el continente latinoamericano) se vuelve el eje de sus reflexiones, de las anécdotas y personajes que, de un modo entrañable, recorren las páginas de este libro. La tribu del rock, la alegría del fútbol, son otros de los motivos que pulsan la cuerda de sus poemas, privilegiando, por sobre el intelecto, las percepciones del corazón; el lenguaje hablado, más que el escrito; el ritmo y el tono –a todas luces cercano y emotivo- de una conversación en verso que parece deberle más a las coplas de Violeta Parra (y a la poesía de Carriego) que a las experimentaciones verbales del siglo XX.

El ruido de los ríos, por todo esto, es un libro fuera de lo común. De lo más misterioso, me animaría a decir. Sobre todo, por su acercamiento profundo e ingenuo (es decir, todavía inocente) a una realidad que de otra forma se mostraría, si no amarga, bastante incomprensible.

Osvaldo Bossi

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